MUSEOS DE LA SEDA / SILK MUSEUMS
el futuro inmediato, teniendo como baluarte esa idea de organizar exposiciones temporales a partir de los fondos documentales del archivo histórico. Por ejemplo, el estudio del privilegio fundacional del antiguo gremio que otorgó el rey Fernando II de Aragón en 1479 sirvió para realizar una exposición sobre la indumentaria de la serie televisiva de éxito que ha escenificado la vida de la reina Isabel I de Castilla, esposa de Fernando II de Aragón, más conocidos ambos por el público en general como los Reyes Católicos (Navarro, 2017). También la edición y estudio de un libro de ordenanzas del gremio de tintoreros de seda y de otros documentos de los siglos XV-XVIII sirvieron para diseñar otra exposición temporal sobre el color de las sedas valencianas (Navarro, 2018). La propuesta museológica que plantea Huerta parte del análisis previo que hay que hacer sobre las características particulares que tienen los visitantes del museo, con especial atención a los estudiantes más jóvenes. Para ello es necesaria la constitución de un equipo de educadores profesionales, que valoren entre otras cuestiones las posibilidades del turismo cultural ante la presencia masiva de visitantes foráneos y los problemas graves que plantea la gentrificación. En ese sentido, el autor considera prioritaria la colaboración del museo con los centros educativos para la producción de audiovisuales. En esos videos didácticos de cortometraje pueden reflejarse temas fundamentales que son esenciales para la educación en valores hoy, como el papel de las mujeres en la historia de la sedería valenciana, el interés artístico y educativo de las escrituras antiguas que se conservan en el archivo o la importancia de la indumentaria sedera en el mundo de las fallas, patrimonio inmaterial de la humanidad, entre otras posibilidades. Hay que aprender a generar recursos propios, según Huerta, para mantener la independencia y la autosostenibilidad del museo, sobre todo teniendo en cuenta que estamos hablando en nuestro caso de un museo que es el escaparate principal de una institución privada solvente, y no de una institución pública de esas que a veces reciben cantidades enormes de dinero para sus actividades sin que se note con claridad en qué lo emplean, convertidas incluso en entidades deficitarias por la mala gestión que llevan a cabo sus responsables. En el extremo opuesto, el Museo de la Seda de Valencia se nutre día a día con los ingresos de sus visitantes, y si no atraemos su atención tendremos que cerrar. El mundo de los museos de la seda que ha permitido descubrir la exposición que coordinó Huerta ha supuesto una investigación inédita y sobresaliente. La muestra estuvo compuesta de 21 paneles: uno introductorio, cuatro sobre el Museo de la Seda de Valencia y los 16 restantes dedicados uno por uno a cada museo participante desde Asia a Europa. Una forma distinta, en efecto, de aproximarse a la milenaria ruta de la seda a través de sus museos, toda una verdadera propuesta de turismo cultural ingeniosa e innovadora desde la reflexión y la creatividad, valores que defiende a fin de cuentas la propia Agència Valenciana del Turisme, patrocinadora del congreso. Y en este desfile de museos de la seda del mundo hemos tenido la oportunidad de conocer auténticos museos de la ciencia como la antigua Estación Sericícola de Murcia, fundada en 1892, que conecta precisamente con el museo de la seda más antiguo de todos los estudiados en este congreso, que es el de Tbilisi en Georgia, fundado en 1887, vinculado así mismo 15
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