La palabra espolín viene del antiguo alto alemán spuole, español; lanzadera, y que aquí tomó el nombre de “espolín”. Es una lanzadera pequeña con que se tejen aparte las flores y otros motivos que se mezclan y entretejen con las telas, especialmente sederías, y a las que se les llama tejidos espolinados.
Espolinado es el tejido elaborado con efectos de espolines, produciendo el efecto de bordado. Parece ser que esta técnica fue de invención española y que fue, sin duda, aplicada por primera vez en los tejidos hispano-árabes del siglo XV.
Fueron los maestros sederos valencianos los que alcanzaron con esta técnica del espolín, una gran maestría. Por lo que los tejidos espolinados son la auténtica joya de todas las sedas valencianas.
La gran riqueza de un tejido espolinado es que el tejedor no tiene límite en el número de colores que puede espolinar a la trama. Es el hecho más diferenciador que a primera vista podemos ver para saber si es un “espolín”.
Hoy en día los sederos valencianos, siguen tejiendo artesanalmente con gran destreza y habilidad dibujos con efectos espolinados.
Dibujos muy conocidos se realizan en espolín como Valencia, Carpio, Reina, Luis XV muestran la gran delicadeza que el artesano sedero pone en su elaboración. Son auténticas obras de arte que no están al alcance de muchos bolsillos por su elevado coste, justificado totalmente por el enorme tiempo que invierte el tejedor al tejerlo de forma manual.
Una de las funciones prioritarias que tiene el Colegio del Arte Mayor de la Seda es proteger estos tejidos y a sus fabricantes. Así se hace con las certificaciones que recientemente se han vuelto a retomar para la protección de este tejido artesanal que es patrimonio de nuestra identidad sedera valenciana.
Autentificando, protegiendo y concienciando, es lo que nos tiene que llevar a que las sedas espolinadas valencianas “espolines” sigan brillando como siempre lo han hecho, especialmente estos días de Fallas.
Por Vicente Genovés, Presidente del Colegio del Arte Mayor de la Seda.