El Museo de la Seda de Valencia vivió la celebración, el pasado viernes 23 de junio, de su primer aniversario con una cena conmemorativa junto a cofrades, colegiales y amigos.
Durante la celebración de este primer año de vida se proyectaron, durante toda la noche, diversas imágenes representativas de los momentos más destacados de lo que ha sido un año de “muchas emociones, de mucho trabajo, pero de una gran recompensa porque hemos conseguido situar a esta institución como un icono ya no sólo de historia y cultura sino de turismo de la ciudad de Valencia. Más de 45.000 personas han disfrutado de nuestras salas a lo largo de estos 12 meses y creo que sin duda es para celebrarlo. Es complicado competir con otros muchos museos públicos que subvencionamos entre todos, pero lo estamos consiguiendo. A nuestro museo la gente no viene si no la traemos, y en ese sentido va dirigido nuestro trabajo. El museo está hoy más vivo que hace 365 días y va a continuar estándolo. Nuestro esfuerzo y dedicación están asegurados”, afirmó el presidente del Colegio del Arte Mayor de la Seda, Vicente Genovés.
La última gran novedad, el recién inaugurado telar de vellut también fue protagonista de la fiesta del primer cumpleaños del Museo de la Seda de València.
Los asistentes al evento disfrutaron de la proyección de un video explicativo de la vida del maestro sedero y último velluter, Vicente Enguídanos Grancha, así como de las características de una pieza única en España.
“Este telar es el origen, la esencia del barrio del Velluters, del Colegio del Arte Mayor de la Seda. Hemos recuperado una pieza museística de gran valor que aporta un plus a nuestro museo. En estos momentos junto al telar tenemos en marcha la exposición de la seda en la corte de los Reyes Católicos, dos pluses importantes para nuestro museo. El objetivo es ir renovando las exposiciones para que el museo pueda ser visitado por gente que ya ha estado en nuestras salas. Hemos de ir ofreciendo un plus cada cierto tiempo para ser una institución muy dinámica y variada.”, concluyó Vicente Genovés.
Una velada de celebración entrañable, emotiva y familiar junto a cofrades, colegiales y amigos, en la que se intercambiaron recuerdos y experiencias de estos 365 días inolvidables para una institución que ha sufrido muchos años de penurias y que ahora disfruta con ser un lugar emblemático de la ciudad de València.
El objetivo a partir de ahora es la celebración de muchos más cumpleaños en los próximos años.